¿Qué es el glaucoma?
Dentro del ojo, el nervio óptico es una estructura clave para la visión ya que, a través de él, las imágenes que capta la retina (convertidas después en impulsos nerviosos) se transmiten al cerebro para que éste las interprete.
El glaucoma es una de las principales causas de ceguera evitable en España. Provoca una degeneración lenta e irreversible de la visión afectando incluso a nuestro campo visual que va disminuyendo conforme avanza la enfermedad.
Se trata de una enfermedad de carácter hereditario por lo que si tiene antecedentes familiares debe acudir a una revisión oftalmológica. La simple medida de la presión intraocular no sirve para descartar por completo la enfermedad, es necesario realizar un examen oftalmológico completo que incluya la revisión del fondo del ojo para poder hacer un diagnóstico fiable y así prevenir cualquier problema futuro.
Tipos de glaucoma
- Glaucoma primario de ángulo abierto: se caracteriza por un mal funcionamiento de la malla trabecular, zona de drenaje del humor acuoso. Debido a ello, la salida del humor acuoso (un fluido que se produce dentro del ojo) es más lenta de lo normal causando un aumento de la presión intraocular, que daña progresivamente el nervio óptico.
- Glaucoma normotensivo: se presenta en personas con una presión intraocular estadísticamente normal (por debajo de los 21 mmHg). No obstante, las personas que lo padecen presentan daños en las fibras del nervio óptico, similares a otros tipos de glaucoma, con la consiguiente pérdida de visión y del campo visual que ello conlleva. Se sospecha que puede estar vinculado a problemas vasculares.
- Glaucoma de ángulo cerrado: ocurre cuando el ángulo iridocorneal (lugar donde se encuentra la malla trabecular) se cierra, impidiendo la salida del humor acuoso. En este caso, también se produce un aumento de la presión intraocular, con el consecuente daño neural asociado, en el nervio óptico.
- Glaucoma congénito: es una enfermedad rara o minoritaria, que afecta a 1 de cada 10.000 personas, en los países industrializados. Se suele manifestar y diagnosticar durante los primeros meses o años de vida y puede afectar gravemente la visión de los niños afectados.
Síntomas
El glaucoma es una enfermedad conocida como “ceguera silenciosa” ya que no suele producir síntomas hasta fases avanzadas. Destruye gradualmente el nervio óptico y es una de las principales causas de ceguera evitable en el mundo.
Los síntomas más frecuentes son:
- La pérdida de la visión periférica o lateral del campo visual
- En algunos casos, existe pérdida de la visión central, en las primeras fases
- Tropiezos y caídas, ya que el glaucoma multiplica por 4 el riesgo de padecer este tipo de accidentes
- Los ataques agudos de glaucoma pueden producir: ojo rojo, dolor intenso, visión borrosa, halos alrededor de las luces o náuseas y vómitos
Tratamiento
El glaucoma es una patología crónica que actualmente no se puede curar. Esto se debe a que no es posible regenerar el nervio óptico y recuperar la visión perdida. Sin embargo, la enfermedad se intenta controlar mediante diferentes opciones terapéuticas, que tienen como objetivo conservar la visión que tiene el paciente en el momento del diagnóstico.
El único método efectivo para frenar el glaucoma es la reducción de la presión intraocular, los tratamientos más habituales son los siguientes:
- Colirios hipotensores oculares
- Iridotomía láser
- El tratamiento láser, con procedimientos como la ciclofotocoagulación transescleral con láser de diodo o la trabeculostomía con láser excímer (ELT)
- Cirugías mínimamente invasivas, como la esclerectomía profunda no perforante, la trabeculectomía o los implantes de drenaje, así como los MIGS (Minimally Invasive Glaucoma Surgery)